Protegerse del sol

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Sea cual sea tu destino este verano no olvides incluir en tu maleta un buen protector solar. Elijas playa, montaña o ciudad, cualquier destino será estupendo para descansar y recargar pilas, pero hay que recordar que los rayos de sol nos alcanzan en todas partes y es necesario protegerse. Comienza a existir ya una cierta conciencia sobre el peligro de una alta exposición solar en las playas, pero muchas personas olvidan que también hay que protegerse en la montaña, incluso en las piscinas o terrazas en las ciudades. El doctor Fernando Ordás, dermatólogo de Clínica Ordás, ha elaborado una guía de consejos para disfrutar del sol y sacar el máximo beneficio, evitando los posibles daños.

Protegerse según el destino:
Montaña: en las zonas más altas, la radiación de los rayos ultravioleta es mucho más intensa porque la distancia con el sol es mejor. Además, y según la Organización Mundial de la Salud, la hierba y la arena reflejan un 25% de estos rayos. Por tanto, en la montaña habrá que emplear siempre pantalla total, independientemente del fototipo de piel que se tenga, y aplicarla al menos cada dos horas.

Playa: hay que tener en cuenta el tipo de playa a la que se va a ir, ya que no es igual tomar el sol en el Mediterráneo que en el Caribe. El doctor Ordás explica que son muchas las personas que acuden a la consulta con quemaduras provocadas en lugares exóticos y aseguran que han utilizado protección solar. El problema es que el sol no incide de la misma forma en todos los puntos de la tierra, y la radiación solar, al depender de la elevación del sol, varía con la latitud, la estación y la hora, siendo mayor en los trópicos, en verano y al mediodía. Además, en estos lugares, que normalmente cuentan con aguas claras y cristalinas y arena blanca, el sol es más peligroso porque se refleja, multiplicando su incidencia.
Ciudad: pasear por las calles o tomarse un aperitivo en una terraza sin protección solar conlleva los mismos riesgos de sufrir quemaduras que si lo hiciéramos en la playa. Hay que utilizar un protector solar al menos en el rostro, la zona más expuesta y que más acusa el fotoenvejecimiento.

En cuanto al protector solar, debemos elegir una crema con un alto nivel de remanencia (es decir, que no se elimine fácilmente con el baño o el sudor), que se aplique de manera uniforme por todas las partes del cuerpo (normalmente las de texturas más ligeras) y que tenga un envase que mantenga las propiedades del producto aun cuando lo sometamos a altas temperaturas, como las de la playa.
Hay que proteger todas las zonas del cuerpo, pero especialmente las zonas donde más suele atacar el cáncer de piel: la nariz, los labios, los ojos, la raya del pelo y el borde de las orejas. El empeine de los pies suele ser una zona muy propensa a quemaduras y también el escote en las mujeres y la zona de las pantorrillas.

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